Centro especial de ocupación para la Fundación Ciganda-Ferrer

2010
Pamplona | Navarra
Cliente | Fundación Ciganda Ferrer
Concurso de ideas | Primer Premio

Con Ignacio Olite

La parcela donde se ubica el Centro de Educación Especial “El Molino”, propiedad de la Fundación Ciganda Ferrer, posee un gran carácter no sólo debido a su edificación, sino por el incomparable paraje sobre el que se asienta. Bajo las murallas de la ciudad histórica, al borde del río Arga, en el comienzo del meandro de Aranzadi, disfrutando de una gran cantidad de arbolado.

El Centro  fundado en el año 1978 está construido sobre lo que antiguamente fue un molino de harina. Con el paso del tiempo surgen nuevas necesidades, siendo la principal necesidad, la construcción de un Centro Ocupacional que permita dar continuidad a la labor del propio centro.

El proyecto surge como una respuesta un lugar con unas preexistencias de geometría volumétrica clara y un magnífico patrimonio arbolado.

El fundamento de la propuesta pasa por su implantación, por un lado generar una gran plaza, trazada con las alineaciones del edificio principal del centro, cuadrada y abierta al Sur. Esta plaza pretende ser el centro del Centro: un lugar de expansión y reunión, de juegos y circulaciones, la plaza del pueblo en torno a la que se ubican las actividades del conjunto, un espacio de convivencia entre las diferentes áreas, un espacio que se abre y disfruta al jardín que se preserva, un espacio espacio que se convertirá además en el primer ámbito de acceso del conjunto. Y por otro una imposición en respetar completamente el arbolado preexistente.

Para ello, se propone un edificio en “L”, que abraza el nuevo espacio público, dispuesto paralelo al edificio principal, de mayor longitud, cerrado por un pequeño brazo que controla  las vistas hacia el exterior y conforma la plaza protegiéndola del clima más agresivo de norte.

La propuesta pretende aquilatar el programa de forma que surja una construcción de pequeña escala, con una sucesión de geometrías en planta y cubiertas inclinadas en continuidad con lo existente, reinterpretando con un lenguaje más cercano a la contemporaneidad pero sin alejarse del origen. Evitando un elemento excesivamente rígido y rotundo que lo aleje de los preexistente.

Esas cubiertas se desarrollan de forma longitudinal, plegándose de forma paralela a la plaza, partiendo de la zona verde en su punto más bajo para terminar en la fachada Norte. Estos pliegues permiten que en unas zonas se obtengan dos alturas  mientras que en otras sea de planta única, afinando la  volumetría del edificio en el conjunto y ayudando a una concentración de programa clara y diferenciada en tres zonas; salón de actos, centro ocupacional y gimnasio, dejando al primero vinculado y disfrutando en la distancia corta del jardín.