2017
Pamplona | Navarra
Cliente | Setecq
Fotografía | Pedro PegenauteCon Cidoncha_Lecumberri arquitectos
—
El encargo consistía en la elaboración de unas oficinas en un barrio de nueva generación de Pamplona.
El local se sitúa en la planta baja de un edificio de viviendas, presentando una geometría muy irregular, llena de recovecos pero que conformaba un espacio significativamente amplio.
Al mismo tiempo, la planta de carácter apaisado en paralelo a una de las calles, quedaba pautada por una serie de huecos de la fachada obligados desde la composición general del edifico, que de forma falsamente ordenada seguía el ritmo de los huecos de las viviendas.
La estrategia responde a dos ideas: por un lado la planta del proyecto define, con una traza quebrada, un perímetro que ordena y compacta los usos internos de servicio contra el lado interior y opaco del local, liberando de esta forma el resto del local en una sucesión pautada de diferentes áreas, vinculados siempre a su perímetro exterior iluminado. Y por otro lado, la aparición de un plano blanco suspendido que ajusta la sección, delimitando los diferentes ámbitos de trabajo frente al espacio general del local, de circulación.
Ambas decisiones, de forma complementaria, posibilitan la convivencia de la amplitud que aporta las dimensiones generosas del local inicial, con la definición de unas zonas acotados. Por tanto, la sección y el local quedan definidos por este plano suspendido.
Este elemento, al margen de conformar las cuestiones espaciales, permitirá resolver tanto la iluminación ambiental como la específica sobre los puestos de trabajo además de albergar el resto de instalaciones requeridas, garantizando una presencia limpia del contenedor sin elementos superpuestos donde el protagonista sea siempre el propio espacio.La traza del proyecto organiza de forma nítida el espacio en tres zonas atendiendo al programa de necesidades: el programa se dispone de forma escalonada, de lo más público a lo más productivo y de ahí a lo más privado, evitando cruces innecesarios que castiguen un funcionamiento natural de la oficina. Entre estas áreas, en las circulaciones se disponen los diferentes espacios ciegos de almacenamiento, archivo y aseos, separando y distanciando los diferentes ámbitos laborales dentro del espacio continuo a través de un ritmo de llenos y vacíos.
La propuesta regulariza por su interior los huecos de fachada del edificio conformados por machones de diferentes geometrías y espesores, acordando éstos con la secuencia uniforme de espacios con los que se organiza el programa, permitiendo tanto la mirada profunda y discreta del exterior como la entrada directa de la luz natural en cada uno de estos ámbitos.
La materialidad del proyecto, acompañando las cuestiones espaciales, define unos espacios de trabajo desde una materialidad cálida, con la idea de generar unos entornos más definidos y acogedores dentro del espacio general conformado desde una traza seca, que intenta evocar el carácter primero y básico del local.